Dra. Daniela Andreoli

Dr. Julio César Caione

info@lab9dejulio.com.ar

Revisamos los aspectos más importantes de la Anemia Infecciosa Equina ante los casos recientemente detectados en nuestro Laboratorio.

 

Generalidades

La Anemia Infecciosa Equina (AIE) es una enfermedad que afecta a los miembros de la familia Equidae (caballos, mulas, asnos y cebras). Es producido por un virus RNA el cual pertenece a la familia Retroviridae, incluyéndose entre los llamados Lentivirus.

Algunas cepas de Anemia Infecciosa Equina producen la muerte rápidamente, mientras que otras inducen una enfermedad crónica severa, es sabido también que muchas cepas de campo de la actualidad inducen muy pobres o ausentes signos clínicos tornando compleja su detección si no se recurre a análisis de laboratorio. No obstante, es imperioso asumir que todas las cepas de AIE tienen el potencial genético para enfermar, independientemente de que la enfermedad se manifieste clínicamente o no.

La duración del plazo de incubación es variable, de 5 a 30 días y en oportunidades hasta varios meses. Esto depende ante todo de la cantidad y calidad de la dosis infectante. El curso dependerá más de la predisposición y respuesta inmunitaria del animal infectado que de factores debilitadores de la resistencia. Una vez infectado, el equino es portador del virus por el resto de su vida.

Transmisión

Las vías de transmisión son variadas teniendo en común la transferencia de sangre de un caballo infectado a otro para que se desarrolle la enfermedad.

Estas pueden ser de forma natural mediadas por insectos hematófagos, principalmente tábanos y mosca de los establos (Stomoxys calcitrans). Según pudo comprobarse, el virus va perdiendo su capacidad infectante en la boca de estos insectos sobreviviendo en ella entre 15 minutos a 4 horas. Las condiciones donde las probabilidades de contagio se acrecientan es cuando hay alta carga de insectos (lugar, época), hacinamiento de equinos y un nivel de infección muy alta en el animal portador.

Otra vía de contagio es la forma iatrogénica donde interviene el humano mediante elementos, como frenos, espolines, mordazas, cinchas, sudaderas, rasquetas y demás insumos relacionados al equino, cuando, sin una buena higiene y desinfección previa, son compartidos. Además se deben considerar instrumentos para realización de tratamientos o controles como agujas, guantes etc.

La transmisión vertical in útero, durante el parto, ingestión de calostro, leche infectada y la transmisión venérea también es posible.

Signos Clínicos

Existen varias formas de presentación clínica, las que dependen de las circunstancias anteriormente mencionadas.

Sobre aguda: Es poco frecuente, el animal muere súbitamente antes de presentar signos clínicos. Solo es detectable post mortem mediante necropsia y análisis de laboratorio.

Aguda: Los síntomas frecuentes son fiebre alta e intermitente, incremento de la frecuencia del pulso, apatía, incoordinación en algunos casos, mucosas de tonalidad entre roja sucia e ictérica (amarillenta) con hemorragias difusas, edemas subcutáneos, y pérdida de condición corporal pese a conservar el apetito.

Subaguda a crónica: los síntomas se presentan de manera más atenuada, pudiendo ocurrir la muerte del animal luego de una corta agudización. El equino infectado entra y sale de esta forma clínica hacia la forma aguda o crónica de manera cíclica, presentando períodos de normalidad (forma inaparente) entre episodios.

Subclínica o inaparente: Es una forma de presentación muy frecuente de la enfermedad. En esta etapa el caballo luce sano y nadie advierte su enfermedad pudiendo mantenerse así gran parte de su vida. Otros en cambio, regresan a la forma subaguda a crónica a causa de estrés, excesivo trabajo, otras enfermedades, parasitosis, ciertas medicaciones como los corticoides o por la reversión del virus a formas más dañinas dentro del propio organismo del equino.

Diagnóstico

Si bien la enfermedad en la forma sintomática en sí, nos da indicios de que pudiera estar presente en el animal sus signos son similares a otras patologías, siendo el análisis de laboratorio la única forma certera de realizar la confirmación del diagnóstico, como así también en las formas inaparentes en las que nos encontramos con un animal supuestamente sano.

La prueba de Inmunodifusión en gel de agar, test de Coggins, es el método de elección para el diagnóstico (Leroy Coggins en 1972) por ser la única prueba que descubre con máxima seguridad a los portadores de virus sin manifestaciones clínicas, además es el requerido para las campañas oficiales en diversos países y para el comercio internacional.

Esta prueba solo puede ser realizada por laboratorios de la Red Oficial del SENASA, el cual realiza evaluaciones periódicas del desempeño para poder integrar la red.

Control

Para confirmar un diagnóstico negativo, se recomienda que siempre se ratifique esa condición mediante otra prueba efectuada a los 60 días de la primera, sobre todo cuando se incorporan nuevos equinos a una población controlada. Esto surge debido al período de ventana de la Anemia Infecciosa Equina el cual es de uno a tres meses o más.

Esta particularidad también explica por qué, en la reglamentación para los controles de tránsito, de ingreso y permanencia a concentraciones, se haya adoptado este plazo como período aceptable, dentro del cual, todo equino debe estar certificado con resultado negativo por un laboratorio habilitado por el SENASA.

Ante la existencia de positividad se procede a la eliminación de estos, mediante sacrificio o envío a faena, previo a la notificación del SENASA.

Según la legislación vigente para el traslado la Libreta Sanitaria y Pasaporte Equino es un documento individual, que será de uso obligatorio para equinos de exportación transitoria o que se utilicen para alguna actividad ecuestre dentro del país. Para el animal no comprendido en esta categoría será de carácter optativo pudiendo notificar su traslado mediante Certificado.

Si bien no se contempla la obligatoriedad de realizar pruebas de control dentro de los predios en la medida que no se registren egresos desde los mismos, para mantener predios controlados, existen recomendaciones técnicas.

  1. Realizar uno o dos test anuales en poblaciones estables de manera sistemática, en especial en zonas con reportes de enfermedad o luego de temporadas de alta carga de insectos.
  2. Establecer cuarentenas internas para los ingresos de nuevos equinos, reconfirmando la condición de negativos de los ingresantes a los 30-60 días posteriores y recién allí incorporarlos definitivamente al predio.
  3. Garantizar el buen manejo de las posibles fuentes de transmisión descriptas anteriormente (material descartable, intercambio de enseres, desinfección, etc.).

Remisión de muestras al laboratorio:

Las muestras de sangre deben ser extraídas por la autoridad oficial o por un profesional Veterinario Acreditado oficialmente, siendo su responsabilidad acompañar a las muestras con la Libreta Sanitaria, Pasaporte o Certificado identificando al animal, con todos los datos del propietario y radicación completos, en especial el número de RENSPA.

La extracción se debe realizar con material descartable, aguja y jeringa o tubos vacutainer, prestando especial atención en este punto ya que si no se toman los recaudos necesarios puede ser una vía de contagio.

En caso de verificar que la residencia de los equinos difiere de la consignada en las libretas o pasaportes, acompañar al material remitido de una nota con firma y sello del Veterinario Acreditado consignando la ubicación de los equinos, con el número de RENSPA, al momento de la extracción.

Para el caso de remisión de muestras correspondientes a controles internos dentro del establecimiento, las mismas deben estar acompañadas de una planilla de Relevamiento Sanitario para AIE.

Bibliografía:

  • Manual de Procedimientos para la Anemia Infecciosa Equina- SENASA 2005
  • Resolución 617/2005 de Sanidad Equina
  • Enfermedades infecciosas de los animales. Carlos F. Amasino.