La diarrea neonatal se presenta en terneros en las primeras semanas de vida y se manifiesta en las diferentes producciones agropecuarias, tanto en cría como en tambo. Es un signo frecuente de fácil identificación, sin embargo, su etiología es tan diversa que surge la necesidad de utilizar diferentes técnicas de laboratorio para poder arribar a un diagnóstico certero.
Es una enfermedad multifactorial compleja, en donde interactúan factores de manejo, del medio ambiente, estado nutricional e inmunitario de los huéspedes susceptibles y la presencia de diversos agentes infecciosos. No sólo puede ocasionar una reducción significativa en la ganancia diaria de peso, además, puede incluso causar la muerte generando altas pérdidas económicas.
Agente etiológico
Entre los patógenos responsables de la diarrea neonatal encontramos Escherichia Coli, Salmonella spp, Coccidios, Coronavirus, Rotavirus, Cryptosporidium spp (1)
Rotavirus bovino tiene mayor distribución que el coronavirus tanto para establecimientos de cría como tambos, habiéndose mostrado como el principal agente causal de diarrea neonatal (Campero, 2017). Por su parte, Cryptosporidium spp predomina en las explotaciones tamberas de nuestro país y tiene extrema resistencia en el medioambiente. La asociación de rotavirus con Cryptosporidium spp o E. coli también es causa importante de diarrea en los 10 primeros días de vida en los terneros de carne y leche. (2)
Si bien la salmonelosis es una afección importante en rodeos lecheros, también se ha detectado en terneros para carne, donde el ecosistema productivo es favorable para la presentación de la enfermedad. (2)
Datos de casuística obtenidos por el INTA Balcarce en la cuenca del Salado registran a las diarreas neonatales como la tercera enfermedad de importancia en los terneros (luego de los casos de mancha y neumonía). La morbilidad promedio registrada en los rodeos de la zona ronda el 20%, con porcentajes de mortalidad del 1.76 %. La mayor incidencia se registra durante los meses de agosto, septiembre y octubre. (3)
En cuanto al ganado de leche, las prácticas de manejo varían sustancialmente entre los establecimientos, algunos optan por diferentes técnicas de calostrado como de crianza. Estas variables, sumadas a prácticas de higiene regulares repercuten en la incidencia y severidad de las diarreas neonatales siendo la morbilidad y la mortalidad elevadas. (3)
Fisiopatología
La fisiopatología está sujeta al agente actuante (virus, bacterias, parásitos), que cause la diarrea neonatal. Generalmente la presencia de estos es simultánea y generan infecciones mixtas, siendo los virus los más importantes y suelen actuar como factor predisponente para infecciones bacterianas secundarias. Causan destrucción y atrofia de las células intestinales, provocando disfunción intestinal y mala absorción, con acumulación de leche parcialmente digerida en la luz intestinal y aumento de la presión osmótica. (3). En ausencia de enterocitos maduros la lactosa de la leche no puede digerirse y su acumulación en el lumen intestinal provoca diarrea.
Las bacterias como la E. coli, producen enterotoxinas que actúan en el enterocito aumentando la secreción de electrolitos y agua dentro del intestino, el exceso de fluídos que llega al intestino grueso no logra reabsorberse y genera la diarrea. La Salmonella produce un mecanismo exudativo con aumento de la permeabilidad vascular, inflamación y pérdida de la integridad del epitelio (forma entérica).
Signos clínicos
En el inicio, la única manifestación de diarrea es la suciedad de los cuartos posteriores, la cola, los garrones y el aumento del número de deposiciones con alteración de la consistencia.
La diarrea puede aparecer con o sin presencia de sangre, mucus o fibrina. Además, se puede presentar fiebre, depresión, anorexia, pérdida de peso, deshidratación, dolor y muerte. En el caso de coronavirus puede desarrollar un síndrome pneumoentérico, en el cual se observa diarrea acompañado de signos respiratorios leves. (4).
La severidad de los signos puede variar dependiendo el agente etiológico y la virulencia de la cepa. Por ejemplo, las cepas de mayor virulencia de rotavirus causan enfermedad en terneros de todas las edades, no siendo así las cepas de baja virulencia que sólo provocan enfermedad en los primeros días de vida pasando desapercibida o de forma subclínica en animales mayores. (4). Las cepas de E. coli sólo una pequeña proporción son patógenas, debido a que han adquirido genes que le permiten expresar sus factores de virulencia. (4)
Salmonella se caracteriza por un comportamiento diferente generando cuadros de bacteriemia y septicemia. Los animales afectados manifiestan decaimiento e inapetencia seguido de colapso y muerte, pero usualmente no presentan diarrea. En cambio, otros terneros presentan infecciones que cursan con diarrea y no desarrollan enfermedad sistémica, existen casos de infecciones leves o inaparentes.
Diagnóstico
Las dificultades en el diagnóstico etiológico de las enteritis infecciosas se deben a los signos clínicos y lesiones inespecíficas, la presencia de infecciones asintomáticas, el involucramiento de múltiples agentes y la interacción de factores intrínsecos y extrínsecos que predisponen a la infección. Por esta razón es importante identificar la causa del síndrome diarreico ya que, según los resultados, se podrá decidir sobre los tratamientos o plantear futuras estrategias de manejo como por ejemplo una vacunación.
El diagnóstico se puede realizar a partir de muestras de materia fecal de animales enfermos o muestras de órganos de animal muerto (colon, bilis, linfonódulos mesentéricos, pulmón, hígado, bilis, bazo, riñón). Es importante para el muestreo identificar animales con diarrea y sin diarrea, seleccionar animales que no superen los 4 días de curso clínico y además que no hayan recibido tratamiento previo con antibióticos. (4).
Para el diagnóstico de laboratorio se aplican diferentes técnicas que abarcan el aislamiento e identificación de los agentes etiológicos.
Bacteriología: E. coli y Salmonella spp, en medios de cultivo tradicionales y selectivos, e inmunocromatografía (IC). La detección de fimbrias y toxinas para E. coli puede realizarse por métodos fenotípicos, aglutinación con antisueros específicos, ELISA y PCR.
En el caso de aislarse una bacteria patógena es fundamental realizar antibiograma para elegir correctamente el antibiótico a aplicar.
Virus: rotavirus y coronavirus, inmunocromatografía (IC), ELISA y PCR.
Cryptosporidium spp: observación de ooquistes a partir de extendidos de materia fecal teñidos con métodos convencionales o IFD. También ELISA, IC y PCR.
Es necesario remitir al laboratorio muestras de materia fecal del animal vivo tomadas con frascos estériles o con guantes. En el caso de necropsia se requiere contenido intestinal en frasco estéril o trozo de intestino delgado y grueso atadas las puntas con hilo. Así mismo es necesario remitir contenido de vesícula biliar en jeringa estéril, trozo de hígado y bazo para el aislamiento de Salmonella.
Siempre deben ser enviadas al laboratorio refrigeradas en cajas de telgopor, se deberá complementar con el envío de los datos del establecimiento y una breve descripción de la historia clínica.
Mas información
Dr. Julio César Caione
juliocaione@lab9dejulio.com.ar
Dra. Daniela Andreoli
Bibliografía
- C. Hammitt, M. Bueschel, M. Kevin Quilla, R. D.Glock, P. Cuneo, D. W. De Young, C. Reggiardo, H. T. Trinh, J. Glenn Song. Un posible papel de Clostridium difficile en la etiología de la enteritis de los terneros. Microbiología veterinaria. Volumen 127, números 3 y 4
- Margueritte, N. Mattion y J. Blackhall, F. Fernández, V. Parreño, A. Vagnozzi, A. Odeón, G. Combessies. Diarrea neonatal en terneros de rodeos de cría: su prevención y tratamiento. 2005
- Parreño, A. Odeón, F. Fernández. Complejo diarreico neonatal del ternero – Evolución de los conocimientos sobre su etiología y epidemiología. Relación agente-huesped-medio – Inmunidad pasiva – Programas de prevención tambo y cría. Sitio de Producción animal.
- Carlos M. Campero, German J. Cantón, Dadin P. Moore. Aborto y otras pérdidas reproductivas en bovinos. Diagnóstico y control. Editorial Hemisferio sur. 2017.